domingo, 11 de octubre de 2015

¿Información?

Limita el tiempo dedicado a leer y escuchar “las noticias”. No se trata de no estar informado, pero las informaciones parece que las hicieran para deprimir o, por lo menos, para asustar. Y es que el miedo vende.
Los periodistas saben que cuanto más increíble, angustiosa y desoladora sea una historia, más atención va a acaparar, incluso aunque no tenga nada que ver con el lector; por lo tanto, tienden de forma natural a seleccionar historias terribles.
Y cuantas más lea esa prensa, mayor será la sensación de que todo lo que le rodea va mal. Sería cuestión de analizar y revisar los programas que vemos en la tele o escuchamos en la radio: ¿Qué tipo de noticias y de contenido nos aportan?
Además, la mayoría de las informaciones apenas tienen utilidad práctica. Tratan de problemas sobre los que no nos implicamos y eso incrementa la sensación de impotencia.
Leer un libro contribuye más a la reflexión que un flujo constante de noticias de última hora. Solemos decir:”qué mal están las cosas” Y nos quedamos ahí.
Es mejor, informarnos de la realidad: ver hechos, causas y alternativas. Y sobre todo ¿qué puedo hacer yo? Solo y con otras personas e instituciones.
Qué bueno sería ir haciendo entre todos una lista de lecturas que hemos hecho y que nos parecen interesantes. Podemos aprovechar y que salga una persona voluntaria para ir recogiendo esa lista

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