domingo, 14 de febrero de 2016

Más que pedir a Dios que llueva…

A ver cómo me explico.  Nosotros hemos vivido la idea y la experiencia de que Dios lo resuelve todo, que es Todopoderoso. Lo vemos cada día. Las enfermedades se curan no por milagro sino por el poder maravilloso y la ciencia que Dios ha dejado en manos de los hombres. Vemos que el llover o no, no depende de que recemos y lo pidamos, sino de cómo funcione la atmósfera.
Lo que sí es importante: más que pedir a Dios que llueva, escuchar a ver qué me dice Dios con la sequía y ver cómo la podemos arreglar.Estamos en manos de Dios. Pero un padre que lleva a su hijo en brazos, no le cura la fiebre, ni el dolor, está junto a él, le apoya, le anima…
Hemos hecho un Dios que queremos que esté a nuestro servicio, a nuestro interés. Y lo que Jesús de Nazaret nos enseña es que tenemos que hacer nosotros todo lo que podamos y descubrir qué nos dice Dios en los acontecimientos. No pedirle que los cambie  a nuestro gusto e interés Hemos celebrado San Blas y damos gracias a Dios por los alimentos y fuerza para compartirlos con quienes no tienen. No los bendecimos. El echar agua sobre ellos, no les añade nada. Ese un signo para celebrar las bendiciones que  constantemente recibimos y la suerte de poder comer todos los días.
En nuestra vida cristiana, lo importante no es tratar de  conquistarle  a Dios para que haga lo que nos interesa sino descubrir que Él está en nosotros y vivir con esa confianza y alegría.


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