lunes, 14 de marzo de 2016

¿Repetir? ¿Recrear? (III)

Jesús no está en el mundo para morir. Sino para amar y hacer un
mundo nuevo de hermanos, de hijos de Dios. Eso le lleva a unas
actitudes y acciones que le traen como consecuencia la muerte. Y
celebramos que Dios Padre le da la plenitud, que vive con todos y
en todos. Eso lo vivimos en la Eucaristía de la Última cena, la
prisión, la muerte y la resurrección. Lo expresamos de muchas
formas y con muchos ritos. Pero lo importante es no olvidarnos de
lo esencial: Jesús ama, entrega la vida y el Padre le llena de Vida y
glorificación.
Y este es el sentido de nuestra vida: ir dando la vida hasta la
muerte, y acoger que el Padre Dios nos da la Plenitud de la Vida.
Lo llamamos Resurrección: que no es venir a esta vida de nuevo,
sino entrar en plenitud en la dimensión de Dios.
Qué grande celebrar y vivir la Semana Santa desde estas claves. Ojo
¡Que los ritos, costumbres no tapen ni cambien el sentido, sino lo
expresen y nos ayuden a vivirlo en las celebraciones y en la vida!
Ya sé que es un hecho muy importante en nuestra Historia de fe, la
liberación del pueblo de Israel con la matanza de los primogénitos
de Egipto, pero todos los años me protesta algún feligrés por leer
esa escena agresiva y violenta. ¿No hay realidades más creativas,
positivas, alternativas hoy y en la historia?
Podría escribir páginas y páginas. Ojalá la Pascua la expresemos
con gestos y signos de hoy. Manifestemos y celebremos nuestra fe
en Jesús con modos nuevos, creativos y expresivos de nuestra Fe y
Vivencia.
Pensemos en los horarios. ¿Cómo celebrar la Resurrección a horas
tardías en templos fríos con personas mayores? Puede convertirse
en una celebración gozosa, más temprana, acomodada a estas
edades.
Si el Papa está pensando en cambiar las fechas de la Semana Santa
en sintonía con otros católicos, ¿no sería bueno cambiar también
muchos ritos, en sintonía con las personas , su edad,
interpretación?

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