jueves, 7 de abril de 2016

Es urgente dar a conocer a Jesús.



Es urgente: anunciar, dar a conocer a Jesús, su Persona, su Evangelio, contagiarlo con nuestro testimonio. Y saber que hemos pasado de una sociedad socialmente religiosa a una sociedad donde lo religioso no pasa de costumbre y de “lo que algunos celebran “.
Una lectura no costumbrista del evangelio, sino viva, actual  y que nos comprometa en la realidad del mundo.
Una gran necesidad de evangelizar, nuevas formas de grupos pequeños, nueva explicitación del Mensaje.
Y siempre queda el gran misterio de la debilidad, la pequeñez de Jesús que va hasta la muerte. ¿Será que estamos viviendo el anonadamiento de nuestra iglesia  y necesitamos pasar por la humillación? Es muy positivo el que la iglesia pinte cada día menos. Que vayamos siendo cada día menos los que nos profesamos  cristianos.
Me parece muy importante este aspecto: cada vez somos   menos. Vamos desapareciendo. Vamos bajando. ¿No será el resto de Israel, sin triunfalismos, el que nos va purificando, fecundando, la adhesión a Jesús y en el estilo nuevo?  Quizás necesito fijarme menos en el número e ir profundizando en la vivencia.

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