Una persona muy amiga mía me pide que, si le puedo echar una manita, porque
un hermano suyo se ha quedado sin trabajo.
Si en mi vida hubiese dado trabajo a todos los que me lo han solicitado
directamente o como enchufe, os aseguro que tendría una de las empresas mayores
del mundo.
Es comprensible que quien está sin trabajo, busque conseguirlo. Y acuda
a pedir ayuda. Pero creo que tenemos un
interrogante grande, porque si se me ocurriese influir para que den ese trabajo
a esa persona, sin duda otra se quedaba en paro.
Es un asunto difícil. Pero constantemente nos dolemos porque ha entrado
a ocupar un puesto de trabajo un hermano, un amigo, un familiar, de quien puede
influir. Y así seguimos con los enchufes de una u otra forma.
¿Es posible el buscar con honradez y llegar a crear nuevos puestos de
trabajo? Más difícil pero romperíamos esa costumbre del enchufe
En la Rioja hay dos remedios eficaces: la botella de vino y el jamón. Puede
parecer de humor, pero cuando alguien está en necesidad y tienen cierto nivel,
buscamos enseguida al amigo abogado, político, empresario,… que me va a echar
una mano y yo le daré la botella o el chorizo o la merienda en la bodega. Es
posible que alguien actúe así y que ese puesto lo ocupe otra persona con influencia. Pero opto por una sociedad
honrada a todos los niveles. Ni siquiera rezo a los santos para que me toque la
lotería. Porque no echo y porque, si me toca a mí, otra persona se va a quedar
sin ella.
Desde la honradez total, podremos conseguir una
nueva sociedad.
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