Muchas
veces decimos “le digo al nieto, al hijo
que vaya a misa y no me hace caso”
Ciertamente es muy posible que no hagan eso que deseamos.
A
mí se me ocurre que mandando, es difícil.
Podemos trabajar otros caminos:
- Hablarles
y dialogar sobre Jesús: comentarles lo que Jesús hizo y hace, lo que dijo y
dice. Igual sería buena cosa leer un pasaje del evangelio. Comentarles un poco
el sentido de la fiesta que celebramos
-
Y si, por lo menos algunos días oramos antes de comer: lo que llamamos bendecir
la mesa, pero que sea dar gracias por la comida, por los que la preparan… lo
que nos ocurre...
- Hay
libros muy sencillos y muy interesantes con un planteamiento de la fe cristiana
hoy. Si queréis, yo os puedo dejar, tanto para niños como para adultos y
abuelos.
-
Animarles, si son niños, a participar en un grupo infantil o juvenil para
conocer a otros niños o jóvenes y lo que
hacen: encuentros festivos, representaciones, juegos, celebraciones a su
estilo. Por supuesto que si alguien se anima, yo le informo y le llevo.
-
Ser testigos con nuestras palabras y con nuestros hechos de servicio a los
demás y compartir con los más pobres: llevarles un día a la Cocina Económica,
al hospital, contactar con Faro (animar a los niños enfermos). Que ellos
apadrinen, tengan una hucha para
entregar.
-
Si hay varios niños, ofrecerse al cura y preparar una celebración de misa con
niños a su estilo.
- Si
algún adolescente o joven se anima, los viernes a las 4,30 viene Mariam a
comentar con un grupo para descubrir qué es y cómo ser cristiano.
. El día 1, en misa, hacemos la colecta por el Domund y por Haití. Lo entregamos directamente a unas monjas que trabajan allí. Veamos nuestra generosidad.
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