Siento la necesidad de pararme esta tarde del lunes y hacer silencio, para poderme decir lo que siento y vivo ante la situación en Cataluña.
Confieso que estoy preocupado.
La imagen que me viene a la mente es la de dos coches, en una noche oscura, a más de doscientos km. hora, sin luces y acercándose cada vez más a 1 - Oct.
Lo que realmente veo, a través de los más media, es una pelea de adolescentes airados pensando más en el contrario que en uno mismo.
Lo que yo percibo detrás de la imagen y de lo que veo es que no puedo dejarme llevar sólo por el sentimiento. Ni me vale pensar que unos son buenos y los otros malos.
Nadie sabe lo que va a pasar en esta carrera de coches desenfrenados, pero reconozco que sentir que este problema me duele, es una manera significativa de decir que los "otros", de uno y otro lado, me importan.
Pero quiero encender una vela, en esa oscuridad, para contribuir a generar, de manera más consciente, un dinamismo más positivo y esperanzador, que es posible el entendimiento y el diálogo Mi vela encendida es: "Si discrepas no me ofendes, me enriqueces". Me niego así a ser correa de transmisión de las tinieblas del desánimo, de la irritación, de la indiferencia.
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