Hay un cuento que dice más o menos así”Pasaba un sordo entre personas que bailaban al son de la música de una orquesta. El, claro, no oía nada. Y decía”qué locos están estas personas bailando”.
Quizás a veces nos pasa así: no descubrimos la música de la vida, la belleza, los aspectos positivos. Y no disfrutamos de su belleza. Nos negamos a la alegría
Ahora que son fiestas, hay muchas cosas que nos invitan a la alegría. Pero, por encima de todo, no podemos depender para estar felices de si la música toca o no, de si hay alicientes externos que nos alegran. La gran alegría nace de nuestro interior. Podemos descubrir razones y motivos para estar felices. Podemos vivir las maravillas de la vida, aún en medio de dificultades. Igual es cuestión de entrenarnos en vivir con esperanza y dar un tono festivo a todo en nuestra vida ¿A que a veces damos la impresión de estar sordos y no captar lo positivo, la suerte de vivir, la maravilla de ser personas, de disfrutar de una familia, unos amigos, de estar rodeados de una rica naturaleza?
Si somos creyentes, descubrimos que Dios nos quiere y está siempre con nosotros.
Ojala estas fiestas sean un entrenamiento para luego seguir siendo felices aunque la música no suene en la plaza, porque va sonar en nuestros corazones
Aunque sea un perrito, como en San Roque, siempre hay personas, naturaleza, alguien y algo que nos acompaña y nos anima
Y eso es lo que nos empuja a seguir caminando, por larga y difícil que esté la meta
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