Da gusto la esponja nueva. Limpia. Sin gota de agua. Se puede impregnar de muchas cosas: agua más o menos limpia, leche, aceite, alcohol, vino…. Todo es posible
Somos como la esponja. Claro que si no se llena de agua, sirve para muy poco. Nosotros recibimos miles de ideas, noticias, opiniones… Hay veces que estamos tan llenos, como esponjas, que necesitamos estrujarla para que salgan las ideas.
Es muy bueno elegir el líquido con el que quiero absorber. Porque así será mi vida
Oímos tantas cosas, tenemos tantas sensaciones, que estamos hartos. Y sin darnos cuenta. Después de oír una telediario, suelo preguntar.¿qué han dicho? Y la respuesta es unánime: que el mundo está muy mal. Pero no nos hemos fijado con detalle en ninguna noticia concreta. No nos ha calado nada positivo en concreto-
No se puede poner la esponja debajo del grifo sin elegir antes el agua y ver si está clara.
Pensemos lo fácil que es en un pueblo sembrar noticias malas o comentarios negativos. Enseguida llenamos nuestra mente de ello. Y ¿quién estruja luego esas ideas para llenarlas de otras nuevas?
Cómo cuesta dejar la esponja sin una gota de agua.. Hacer silencio interior profundo, para poder escuchar y vivir la Presencia. Estar libre de toda gota para poder ver y sentir imparcialmente los acontecimientos y las personas. Y empaparnos poco apoco de ideas y sentimientos positivos. Sin llenarlo demasiado porque entonces pesa mucho la esponja y escurre el agua: se nos nota enseguida cuáles son nuestras ideas y sentimientos. Chorreamos sin pensarlo.
Echo mi esponja al río, a la fuente, a la naturaleza, al Espíritu para que me empape de agua limpia, de vida, de amor.
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