Es sorprendente la
imagen de los deportistas paraolímpicos. Hay una en la que empiezan a correr .Y
uno que lleva la pierna estropeada, se cae. Algunos ya estaban junto a la meta.
Pero, al ver que se ha caído un compañero, todos vuelven atrás. Le recogen y
entran juntos en la meta.-
Magnífico. Y
aplaudimos todos. Pero ¿os imagináis esto aplicado a la vida?
Pues por ejemplo: ponernos el sueldo a nivel de los que
menos cobren. Avanzar en el colegio contando con los que peor vayan, organizar
la ciudad y los autobuses para los discapacitados,…
Esto nos exige
disminuir el sprint y ralentizar a menor velocidad. Para llegar todos juntos a la
meta Nos exige renunciar a no pocas dosis de riqueza que defendemos con uñas y
dientes.
Si queremos cambiar
la historia, si queremos superar la crisis, no lo podemos conseguir saliendo
unos a flote y dejando hundidos a los demás. Hemos de salir todos
Una sociedad en la
que haya pobres y ricos en extremos tan grandes como existen, en sí ya es un
fracaso de la humanidad..
Un niño que nace en
Noruega, tiene una esperanza de vida de 81,1, años , mientras que en el Congo
su expectativa se reduce 48,8 años. Esto decimos que es una situación de
injusticia originante que da lugar luego a otro montón de desigualdades.
Aunque estamos en
crisis, hay que comprender que los pobres del tercer mundo son infinitamente
más pobres que los de aquí. 25 .000 niños mueren diariamente, porque no tienen
alimentación. Mientras nosotros trabajamos porque internet llegue a todas las
personas en nuestro continente. O cada niño tenga una serie enorme de juguetes
La situación de los más desfavorecidos nos lleva a limitar
nuestros derechos incuestionables
Un hecho de la
Biblia. El rey David manada a Urias, jefe militar, a dormir a su casa. Sin
embargo éste se queda durmiendo a la puerta del palacio y da la razón:” no
puedo ir a dormir a mi casa, a banquetear y a acostarme con mi mujer, mientras
los soldados y el arca duermen al raso”. ¿Buena razón?
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