jueves, 27 de diciembre de 2012

Río de unión y pueblos


Cañón del Leza. Es como una plaza donde todos nos reunimos y hablamos. Distintas alturas, colorido, árboles y seco. Somos los pueblos del LEZA. En la Iglesia nos llamamos Arciprestazgo. Es algo así como una mancomunidad de cristianos. Porque descubrimos que todos estamos unidos por una fe en Jesús, por unas prácticas y por una amistad.
Lo importante es el agua que corre por abajo. Lo importante es la Fuerza, el Aliento, la Vida que nos anima. Lo llamamos Dios. Nos infunde paz, animo, coraje.
Y nos queremos sentir unidos, conociéndonos, comunicándonos, viéndonos alguna vez y sobre todo, intentando vivir al estilo de Jesús de Nazaret.
Cuando la presa esté llena, recibiremos su agua para beber, para crear vida.   De Jesús de Nazaret, de su Mensaje, de su Vida recibimos Vida y así caminamos unidos. A su estilo.
No hay belén, que se precie de tal, que no tenga un río: el agua va corriendo y corriendo. Y da sensación de vida, de alegría. Y a su vera lavan las mujeres sus ropas.
Un río que nos trae a Jesús, que es Agua Viva, que purifica, sana, anima, da vigor.
Yo me imagino el Cañón del Leza como un gran belén. Con montañas, tierra, árboles, y muchas cuevas. Pero sobre todo, con un río que da agua a varios pueblos. Y resuena al contemplarlo en su serenidad, aquello del apóstol” se ha manifestado la bondad de Dios”. Como una gran nevada
Y en alguna de esas cuevas, me imagino que está Jesús nacido con María y José.
Del cañón fluye el agua. De Jesús nos viene la Vida, el Vigor, la Fuerza…Y todo en una gran serenidad. Como este paisaje. Es como un gran portal, con estrellas naturales, árboles de verdad y algún ganado.
El paisaje nos transmite a Jesús nacido, Lleno de ternura y de proyectos. Para colmar nuestras vidas de agua, de solidaridad, de trabajo por un mundo nuevo. Todo nos viene de la vida que nos da esa agua, que es Jesús.

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