viernes, 4 de julio de 2014

Gratis

¿Qué gana  el rosal creciendo y dando rosas?  ¿Qué gana el trigo pudriéndose en la tierra, dando tallo, luego espiga y luego grano? ¿Qué gana el sol luciendo, dando luz y calor? Qué gana el árbol dando fruto?   NADA, UNICAMENTE QUE LAS PERSONAS LO PODAMOS APROVECHAR Y USAR.
¿Qué gana el rio corriendo y regando los campos?  ¿Qué gana el aire soplando y dejándonos respirar? ¿Qué gana el coche corriendo y haciendo kilómetros?

Es curioso. Todo funciona gratis en el mundo.  Solamente las personas sacamos ganancias para nosotros mismos con lo que somos y con todas esas cosas.
Me paro  debajo de un cerezo.  Ofrece sus frutos gratis. Él no cobra nada.  Le cogemos el fruto. O lo cortamos, o lo podamos. Me deja sorprendido. Todas las cosas de la naturaleza dan gratis lo que son y lo que tienen. Y no exigen nada a cambio.  Si les damos algo (abono) es para que rindan más. Pero ellas no piden nada. Lo hacen gratis.
Esta es la palabra mágica: GRATIS. Sin pedir nada a cambio, sin  buscar nada en beneficio propio.
Es fenomenal: que nosotros nos parezcamos a la naturaleza: darlo todo gratis, sin esperar nada, porque lo normal es vivir y darnos.
Por lo menos que seamos como el rosal: da rosas para que las veamos, las olamos y disfrutemos su hermosura.
Me gusta pasear a la mañanita por el campo. Y hay cantidad de frutos naturales. Hay algunos que son más generosos. Sin pedir nada a cambio, sin haber recibido nada de abonos ni insecticidas, dan su fruto sabrosísimo. Así las manzanas maguillas, las moras, los cerezos silvestres, las setas, las endrinas... Poned el nombre de otras muchas que vosotros conocéis y gustáis.  Solas con el  sol y la lluvia producen exquisitos frutos.
Y los caracoles, y los peces de distintas clases, y…

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