viernes, 4 de julio de 2014

Niños felices

¿NIÑOS FELICES?
Pedimos a los niños:
que no sufran
que no se disgusten
que no se sientan solos
que no se sientan rechazados, ni poco queridos
que aprendan
que no les tengan manía en clase
que no pasen miedo por la noche
que desarrollen sus habilidades
que los inviten a cumpleaños
que demuestren su personalidadEn fin, que sean plenamente felices.
Estos son los  objetivos máximos para los padres...
¿Es esto lo mejor?
Copio este tema de la revista Semanal. Dicen los psicólogos: los padres hacemos de los hijos malcriados. Pretendemos que nuestros  hijos sean felices a toda costa. Y eso es  un objetivo equivocado.
Según los datos, criar a un hijo cuesta 150.000 euros hasta los 18 años. Los padres se han convertido en sus sirvientes, chóferes, monitores, dietistas. Consideramos que ir a clase ya no es suficiente para triunfar y así les apuntamos a inglés, ballet, violín, natación...
No tenemos idea de qué conocimientos les van a servir a los niños para su futuro y así les queremos preparar para todo. Los niños crecen en un ambiente en el que no tienen ninguna responsabilidad. Todo lo que queremos para nuestros hijos es que sean felices.
Es preciso enseñar a los niños  a salvar obstáculos. La autoestima sube al superar dificultades (pero les abrochamos los cordones, les ahorramos disgustos). Un niño al que le resolvemos todos los problemas será un adolescente infeliz y encontrará un mundo hostil, porque ha aprendido a utilizar a las personas para su capricho.
Así, los niños tienen poca tolerancia a la frustración. Y una dosis de frustración es necesaria en la vida. Generamos niños intolerantes, exigentes, impulsivos, impacientes (lo quiero ya y ahora). No soportan la espera. Creen que lo merecen todo y todo se les da. Se rebelan contra los límites.
Como reyes de la casa tienden al despotismo.
Es muy importante marcarnos metas, tales como decencia, ética, amor, respeto, colaboración,... Y la felicidad llegará como consecuencia.
Aunque protesten, a los niños hay que exigirles.
Todos Los niños desean ser muy exigidos, muy queridos. Y nunca enjuiciados o criticados.
Antes de corregir a un niño hay que alabarlo por 5 cosas buenas que ha hecho.
A los niños hay que quererlos como son, no como pueden llegar a ser.
Necesitan un premio, mejor no material.
Les duele que no se les reprenda. Cuando un adolescente no tiene hora para llegar a casa, en el fondo lo echan en falta, porque les duele que a sus padres les dé igual.
 Sentirse querido más de lo que uno cree que merece y maravillarse de que te quieran a pesar de los defectos.

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