Eran otros tiempos. La costumbre era que las chicas solían estar
sentadas esperando a que algún chico las sacase a bailar. Había una moza, esperando al mozo y éste
nunca llegaba. Así que al primero que se acercó y le dijo: ¿bailas?,
inmediatamente le respondió ”si te empeñas, ahora mismo”.
Así nos ocurre a nosotros. Esperamos salvación y Dios está empeñado,
tiene ganas, lo hace, nos quiere, nos acompaña, nos perdona, nos fortalece, está
con nosotros. Si tenemos ganas de
sentirnos amados, ahí está sin duda Dios
Cuando muere un padre o madre, los hijos tienen derecho a un tercio de
la legítima, de la herencia. Nosotros
somos hijos/as de Dios y tenemos derecho, se nos debe, es algo seguro , el que
Dios nos quiere, nos acompaña, nos da todo su bien.
La vida es un regalo y podemos vivirla así con alegría.
Escuchamos la voz de Dios novio que nos dice “¿ quieres bailar conmigo
el baile de la vida y la felicidad ?
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