Cosa curiosa. He sentido hoy que no da igual poner la caja de la leche, al echarla al vaso, de una forma u otra. Hagamos la prueba. Si colocamos el agujero de salida en la parte de arriba, sale la leche despacio, pero resulta que no sale toda, se queda una parte dentro.
Sin embargo, si le doy la vuelta y pongo el agujero en la parte de abajo, sale a borbotones, salpica, mancha, pero sale toda.
Conclusión: si me entrego, si me doy de verdad, me salpica en la vida, me mancha la ropa, la fama,...
Así es la vida: se trata de darnos del todo aunque eso nos salpique y nos complique la vida. De otra forma, la vida es más normal, pero nos quedamos una parte para nosotros.
Ya decimos “das la mano y te cogen el brazo entero” La caridad, el servicio, si es de verdad, nos tiene que doler, costar, supone entrega total.
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