jueves, 22 de junio de 2017

Individuos que no llegan a ser personas

He leído, en una revista, lo siguiente:”Millones de individuos no llegan a ser personas: su vida es solo producir, consumir y divertirse”. (“muy fuerte, ¿verdad?”).
Me parece muy dura y muy fuerte esta afirmación. La hace Rafael Díaz Salazar, profesor de Relaciones humanas y políticas en  Madrid.
Lo razona así: la meta de los individuos es obtener el máximo de  experiencias vitales, conseguir el bienestar material y todo el confort posible.
Se tiende a identificar educación con enseñanza. Y lo que se enseña está cada vez más relacionado con conseguir bienes  y luchar  por ello contra los demás.  Se llega a concebir y vivir la vida como un mero comercio de comprar y vender. Lo importante es tener. Y las carreras que más se hacen son las relacionadas con los negocios, dejando a un lado los contenidos del arte, la literatura, la filosofía y la formación del carácter y la personalidad. Esas materias van perdiendo peso y otras como “Iniciación a la actividad emprendedora y empresarial” empiezan a inculcar en los jóvenes otros valores. No nos debe extrañar haber oído estos días cómo las organizaciones empresariales quieren decidir sobre qué se les enseña a los niños y jóvenes en los centros educativos. La escuela al servicio de la empresa.
No hemos nacido para trabajar y consumir sino para vivir en plenitud y en fraternidad.
Lo más importante es aquello que nos ayuda a  desarrollar la interioridad, la iniciación a la acción social y a crear estilos de vida alternativos.  Según la Unesco hay cuatro pilares en la educación: aprender a conocer, aprender a hacer, aprender a convivir y aprender a ser. Añade un quinto: aprender a transformar la realidad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario