martes, 27 de febrero de 2018

Todo tranquilo



Me choca que este mes de enero no hay manifestaciones, no hay movimiento social.   Percibo que con el frio nos refugiamos más en casa cada uno  y seguimos contemplando los regalos de reyes.  Porque los problemas siguen: Hay una lista interminable de  cosas a mejorar y transformar.  Pero lo que más me choca es  mi pasividad y la de los que veo en torno a los refugiados.  Llega un momento en que ya no existen.  Siento que los telediarios se ceban a tope en todos los morbos de las agresiones sexuales y  noticias- si es que lo son- totalmente superficiales.  ¿No es posible informar de las realidades sangrantes

Estábamos preocupados por la falta de lluvia pero al nevar ya respiramos y no hacemos ningún planteamiento del uso del agua ni buscamos alternativas.  “Ya se quitó el susto”

  Hemos vivido mucho el donativo, la limosna, pero ¿estamos dispuestos a trabajar por un cambio de sociedad en la que no haya necesidad de dar sino justicia y dignidad?
Igual con los sudores de la cuesta de enero, no nos queda fuerza para más.   No perdamos la utopía.  Porque hay muchos millones que no sienten la alegría de la calefacción ni tienen llenas  las bolsas de la compra, ni pueden correr tras las rebajas.  

de los jubilados sin subir la paga, de la sanidad que poco a poco se va intentando que sea particular, de los trabajos con contratos puntuales, del paro crónico especialmente en los pueblos….?   Sigue como fondo  dominando la hegemonía del dinero y cada uno intentamos coger alguna migaja.  Pero ¿ dónde está el sueño de una sociedad mejor?  ¿Cuándo van a poder entrar en una sociedad fraternal, injusta aquella a quienes hemos colocado en los arcenes de la vida?

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