Estábamos
haciendo en la sacristía limpieza de ropas viejas. Salió una bastante
deteriorada y yo les dije:”ésta, mejor la quemamos”. Pero rápidamente las
mujeres me sorprendieron:” se puede lavar, planchar y sirve para limpiar el
polvo”.
Me hicieron
reflexionar. Todo es posible recuperarlo. Todo puede ser útil.
Y enseguida
pensé en las personas. Hay personas a las que mandamos al arcén, al margen de
la carretera de la vida, están marginadas por edad, salud, enfermedad,
discapacidad... Y hasta corremos el riesgo de retirarlas de la sociedad.
Me parece
muy sabia la propuesta: ”éste puede ser muy útil, se puede realizar ,puede ser
feliz y hacer felices a otras muchas personas”.
Lo leo en el
Evangelio. Dice Jesús: “Dios no mandó a su Hijo al mundo no para condenarlo, sino
para que el mundo se salve por Él”.
Bonita
misión: acompañar, apoyar, ayudar a todas las personas que podamos para que
estén presentes de una forma activa en la sociedad.
Muchos
colectivos hay en la Rioja de personas con discapacidades y es una maravilla cómo
se han ido promocionando, presentes y activas y ya no necesitan “caridades”, porque
han sabido reclamar y vivir la justicia.
El trapo de la sacristía va a ser muy útil para
la limpieza y quién sabe si puede servir hasta de mantel o algo similar.
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