Además del cantar de los pájaros, ¿Escuchas algo más?
El ruido de una carreta, respondí.
Sí, me dijo mi padre, es una carreta vacía.
¿Cómo sabes papá, que es una
carreta vacía, si no la vemos?
Es muy fácil saberlo. Una carreta cuanto más vacía está, más ruido
hace.
Así es, cuantas personas nos encontramos pregonando sus virtudes, sus
logros, sus cosechas, en fin dando mucho ruido y menospreciando a los demás. Pero
si profundizamos un poco en esas personas, en su interior, en sus obras hacia
los demás, en su esfuerzo por conseguir un mejor bienestar para todos, veremos
que están vacías, que no tienen nada dentro, como la carreta de nuestra
historia.
Humildad es un término que proviene del latín (humilitas), que a su vez
deriva de la raíz (humus), es decir hace referencia a la parte más baja de la
tierra, al suelo, pero curiosamente esa parte es la más fértil, de donde salen
los productos que diariamente comemos.
Johathan Sacks, un rabino judío, escribe en sus obras hablando de la
humildad, que a Moisés en la Biblia, se le describe como un hombre humilde. Sin
duda lo fue ya que era ni más ni menos,
quien hablaba con Dios.
Sólo añadir a lo anterior que efectivamente, la humildad es buena para
nuestra vida, mientras que la soberbia no lo es.
La humildad es una gran virtud que implica un conocimiento de las
propias limitaciones y debilidades que acompañan a nuestras aptitudes y/o
virtudes.
Muy importante es que sepamos lo frágiles que somos para no ser
soberbios, y poder vivir humildemente dando gracias a Dios por todo lo que tenemos. (Isaac )
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