En misa prevalecemos las personas mayores. Pero es cierto que cuando se
llega a cierta edad o vienen ciertos achaques, las personas mayores ya no
pueden asistir.
Está la posibilidad de que los hijos llevéis a vuestros padres, tíos o
abuelos, porque para ellos la misa supone mucho, como supone la Virgen de la
Cuesta.
Y hay otra posibilidad: celebrar la misa en casa. Si alguien quiere, yo
me ofrezco y en casa celebramos juntos la Eucaristía con el calor y el cariño
familiar. Simplemente basta que me lo
digáis. Veréis cómo nos quedamos muy satisfechos.
Y fenomenal que los nietos lleven y acompañen a su abuelos a la
iglesia.
Cuando se llega a cierta edad, uno empieza a pensar muchas cosas
profundas. Por ejemplo ¿qué sentido tiene la vida y la muerte? ¿Cómo vivir los
últimos años? ¿Qué nos aporta Jesús y su evangelio? Todo es para animarnos y empujarnos.
Podemos oír la misa y verlas en la tele, pero ,si la celebramos en casa
es más celebrar, vivirla, ser parte de ella y además podemos comulgar.
Los lunes a las 6,30 vamos a dialogar sobre la Unción de enfermos y
luego un día lo celebraremos. Invitamos a todos los que lo deseen: Días 17 y 31
de octubre y 7 de noviembre.
Vamos a ir mentalizándonos. El 23 es día de
Domund. Y así el día 1, en misa, haremos la colecta por el Domund y por
Haití. Veamos nuestra generosidad
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