domingo, 15 de noviembre de 2009

Ante el aborto.

El Aborto “es un asesinato en las entrañas... Un niño es un regalo de Dios. Si tú no lo quieres, dámelo a mí." “El más grande destructor de la paz es el aborto porque, si una madre puede matar a su propio hijo, ¿qué nos queda a nosotros, matarte a ti y tú matarme a mí? No nos queda más que eso.”
“Es algo muy pobre decidir que un niño debe morir para que tú puedas vivir como deseas.”Teresa de Calcuta

Soy antiabortista. Pienso que el aborto es matar una vida humana. Otra cosa es que el Parlamento no pueda ni discutir el problema del aborto, que es un tema enormemente debatido, sobre el que existen posturas muy contrarias. De ahí que el legislador, en una sociedad pluralista, tiene el derecho y el deber de analizar el problema y buscar la mejor solución. José M. Castillo

Hoy no voy a tratar los problemas éticos planteados por el aborto, sino una cuestión previa. Como filósofo y como ciudadano me asusta la facilidad con que nos acostumbramos a todo. El hábito produce falsas evidencias. La primera vez que vemos o escuchamos una cosa podemos sorprendernos o escandalizarnos, pero después de mil veces forma parte ya de nuestro paisaje vital. Deja de inquietarnos. Desaparece cualquier aspecto problemático. La tarea del filósofo debe ser «no acostumbrarse nunca», no dejar que los tópicos, las modas, las costumbres, los dogmas le impidan ser crítico. Pero es una actitud muy difícil, porque también él está sometido a los peligros de la habituación.
Es grave resolver mal un problema, pero tal vez lo sea más dejar de percibir que es un problema.
Eso es lo que me preocupa con la ley del aborto; la naturalidad con que empieza a aceptarse el hecho, que mis alumnos no vean ningún conflicto moral. José Antonio Marina

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