Solemos decir esta frase cuando algo en la práctica se opone con una persona, con una creencia, con una forma de pensar con una lógica.
Es una llamada a la coherencia en la vida entre lo dicho y los hechos.
De siempre me ha chocado cuando se ha coronado la imagen de un santo o de María o de Jesús de Nazaret. Encuentro una oposición entre la actitud de sencillez vivida y la corona como símbolo de mando y poder.¿Os imagináis a la madre Teresa de Calcuta con una corona?
Por eso me choca hoy al escuchar al Papa al nombrar a los nuevos Cardenales: “El ministerio cardenalicio debe seguir la lógica de la humildad y el servicio"
Mientras veo esos trajes que cuestan un dinero y que señalan una separación de la forma normal de vivir
Me parece fundamental la cohesión entre la forma de decir y la forma de actuar. Es cierto que tenemos, tengo, un montón de incongruencias. Pero es bonito y cristiano el ver que vamos descubriendo y caminando hacia una mayor coherencia.
Y para ello, es bueno que nos ayudemos, que no nos acostumbremos a ciertos signos y formas externas. Una revisión de muchas formas que en otro tiempo pudieron parecer tan normales y que hoy chocan en nuestra sensibilidad. Y sobre todo, que no son coherentes con el evangelio
Vamos dando pasos y esto será bueno planteárnoslo a nuestro nivel particular, pero también social, eclesial, político.
Porque, si no, caeremos en acostumbraros a ver a la imagen de una santo con dos pistolas ¿ a qué no cuadra eso?
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