viernes, 6 de mayo de 2011

Primeras comuniones


Nuestro obispoD.. Juan José Omella, se ha dirigido a los que el llama "los pequeños de nuestra gran familia de la Iglesia", que son los niños que celebran la Primera Comunión.
En esta carta a los niños, les dice: "Vuestros padres y catequistas os han ayudado, especialmente durante todo este tiempo, a conocer y amar a Jesús, y ya quedan muy pocos días para recibirlo en la Comunión, el regalo más bello del amor de Dios, el tesoro que vale mucho más que todo lo que vais a recibir en el resto de vuestra vida [...].
Os quiero contar algo que he vivido hace muy pocos días y que realmente me ha impresionado. Acabo de regresar de un largo viaje a África, en el que he visitado a nuestros misioneros diocesanos y a las comunidades cristianas que atienden. Allí, los niños de vuestra edad van a catequesis como vosotros, y todos los domingos acuden a la capilla de la misión para celebrar la Misa, después de recorrer a pie un largo camino. ¿Sabéis cuanto dura allí la Misa? Más de dos horas. Me quedé maravillado de cómo participaban con los cantos, con sus oraciones, escuchando atentos al misionero, y todo lo hacían con fe y con mucho respeto.

Estos niños africanos también son nuestros hermanos, y pienso que su testimonio cristiano, tan grande, nos tiene que animar a vivir con más interés y alegría nuestra fe. Me atrevo a pediros, como hacemos todos los años, que entre todos los niños de la Diócesis hagamos el "Milagro de la Comunión", pagando a más de cien niños africanos todos los gastos escolares de los cursos de primaria. Rezad por ellos, como ellos hacen por vosotros, y queredles como si fueran un invitado más de vuestra fiesta, al que le dais el dinero que cuesta un cubierto del banquete, para que pueda ir al colegio durante todo el curso. Sed generosos con los más pobres de la tierra.

No quiero despedirme de vosotros, sin antes deciros que sigáis queriendo mucho a vuestros padres, hermanos y abuelos. Sed obedientes y colaborad con ellos en todo, para que seáis, con la ayuda de Dios, una familia unida y feliz.

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