Dicen en los pueblos que cuando hay que trazar una nueva carretera, llaman a los técnicos. Si la cosa es difícil, acuden a los ingenieros. Pero que cuando el trazado es realmente complicado, piden que intervengan los pastores. Porque ellos son quienes mejor conocen el terreno
Siento el mundo revuelto desde los tsunamis, terremotos, centrales atómicas, política, países en levantamiento contra dictaduras y sobre todo el silencio vergonzante ante el hambre y la miseria en el mundo.
Percibo que los grandes de la política, de la economía se reúnen, analizan, prometen… pero esto no cambia, no se arregla. El dinero y las riquezas siguen en manos de grandes empresas, de grandes capitalistas, de grandes entidades bancarias.
Igual es importante y necesario que hablen los pobres, los sencillos, los pastores de la tierra. Que la voz callada diga su sentir y presente sus alternativas.
Van a ser más sensatas, más sencillas, más auténticas y más baratas.
Y sobre todo, van a ser más realistas y más alternativas.
Los pastores hablan poco. Hoy estamos oyendo demasiados discursos, se promete demasiado, se comprometen los gobiernos ante necesidades y luego no llega la ayuda a las personas necesitadas.
¿Podíamos tener unos días de total silencio? Pensemos un poco, como los pastores desde la naturaleza, desde el contacto con la tierra , desde la sensatez.
Sobran gritos, mítines, discursos, palabras. Falta servicio, humanidad. Y quizás nos hemos equivocado de alternativa. Punto aparte y a empezar o a seguir algunas alternativas nuevas que ya existen. y descubramos los pastos buenos, lo realmente natural. Ahí podemos encontrar el nuevo sentido para la vida- En definitiva, que hablen los pastores, aunque sean personas a las que nunca escuchamos y a las que creemos en otro mundo. Ellas sí que nos van a trazar el auténtico camino de la nueva humanidad.
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