lunes, 9 de julio de 2012

¿Es puntual?


 Aunque se levanten a las 6 de la mañana, se las ingenian para hacerse esperar. En el otro extremo están quienes llegan con mucha antelación. ¿Qué revelan estos comportamientos opuestos? 
  Nada más irritante que tener que encontrarse con un amigo sabiendo de antemano que nos dejará esperando. Lo peor es que conocemos todas y cada una de las excusas que nos dará. "Me quedé dormido", "El autobús se retrasó" o "Mi jefe me pidió que me quedara a terminar un trabajo", son parte de la larga lista de justificaciones a las que apelará.
Pero ¿qué puede estar expresando con su comportamiento alguien que siempre se hace esperar?.  He aquí algunas causas posibles
    ·       Baja autoestima: cree que lo que aportará no será suficiente o de poca calidad y así acorta el encuentro.
·       Haber sido relegado y haber tenido que esperar mucho tiempo a otras perdonas
·       Tener demasiadas cosas que hacer.
·        Pensar que hacerse esperar lo vuelve aún más importante.
·       Haber perdido la noción del tiempo: enfrascándose en tareas apasionantes ·       Padecer de rebeldías no encauzadas: se pelea con normas y relojes para demostrar que está más allá de las pautas consensuadas.
·       No encontrar canales de expresión: llegar tarde al trabajo implica que no se tiene motivación pero tampoco se encuentra el modo de plantear el desacuerdo.

   En ciertos casos, ser un impuntual crónico puede ocasionar sufrimiento no sólo a la persona que espera sino también a la que padece ese trastorno, ya que en ciertos casos anhelan poder superarlo pero, por razones no lo logran. "Sufren viendo que se les repite endemoniadamente una conducta que quisieran resolver y no pueden", ). "Pero existen quienes hacen padecer el maltrato al otro y no toman conciencia de que eso es un síntoma. También están las  personas que, en secreto o no, gozan satisfechos cuando sienten que logran ser esperados", explicó.

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