El gran acelerador LHC de
Ginebra, ha dado a luz, finalmente, aquello tan esperado “la partícula de Higgs”, pero esta vez
se trata de una partícula importantísima, cuya existencia se anuncia en la
teoría del físico Higgs en 1964. Ella es la base de la subsistencia de todas
las cosas: dicho en lenguaje simple significa que sin la “partícula de Higgs no
existiría la materia, y por tanto tampoco el universo donde vivimos…”
Es siempre motivo de alegría, de
satisfacción, los nuevos avances de la ciencia. Dios ha dado al hombre una
inteligencia, unos dones que el hombre puede y debe emplear para adentrarse y
progresar en el conocimiento de la vida, de todo lo que afecta a la vida
humana. Y hacer porque todo ello redunde en humanizar las relaciones humanas.
Pero conviene llamar a las cosas por su nombre
más apropiado. “La `partícula de Higgs” honra el trabajo y la investigación de
este científico, y de todos aquellos que dedican mucho entusiasmo, dedicación y
trabajo a estas tareas tan importantes para la vida de la humanidad. Pero “la
partícula de Dios”, quizás no honra el trabajo y el conocimiento, en estos
temas, de los medios de comunicación, al cambiar el nombre, “partícula de
Dios”, buscando una repercusión más fuerte en el ánimo de los lectores.
Porque ese Dios que, incluso a
tientas, busca el hombre, que llama “con recios golpes” o con el deseo más
sencillo pero profundo, nos pide como un suplemento de inteligencia, un
suplemento de belleza, o de corazón… para percibirlo.. Y este Dios está muy
cerca del hombre, de la mujer, este Dios está inmerso en la belleza y bondad de
la creación, está inmerso en la intimidad más íntima del ser humano. Haciendo
grande la inteligencia del ser humano, para que pueda adentrarse en el misterio
de la vida humana. Quizás necesitamos cuidar un poco más nuestra
capacidad de belleza, de contemplación, de receptividad, de escucha.
Un Dios fuera y dentro de ti, un
Dios que te abraza con inmenso amor. Un Dios con sed de humanidad, que quiere
establecer y vivir contigo una relación de amor.
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