lunes, 12 de agosto de 2013

Carta de Despedida de Obdulia

Cuando os lean estas palabras ya no estaré entre vosotros, habré cruzado la otra orilla o estaré en otra dimensión, quiero deciros que a pesar de mi enfermedad puedo afirmar que mi vida ha sido positiva y muy feliz, está última etapa de mi vida he procurado vivirla de forma tranquila, serena y relajada y decidí después de tantos años de lucha contra el cáncer vivir con él en lugar de luchar contra él, esto no es una derrota ni un abandono sino una aceptación de lo inebitable,

       Siempre he buscado el lado optimista y positivo de las cosas, Una de las más duras fue renunciar a leer, pero supe compensarlo gracias a mi hijo Andrés que me ha leído  los libros que yo le pedía y de vez en cuando hacíamos  un paréntesis para hacer comentarios, Gracias Andrés me siento muy orgullosa de ti, a mi marido José Ramón por como me  ha cuidado  y lo feliz que he sido viviendo todos estos años con él, a mi hermana Rosi que ha multiplicado su tiempo entre su casa y la mía por su dedicación y cariño  ¡ROSI! sigue adelante no decaigas, todavía te queda mucho por vivir, a mi cuñado Eulogio que siempre tenía una frase graciosa para hacerme sonreír, a mi sobrina Rebeca por toda la compañía que me ha hecho y por aguantar mis rollos literarios y a Oscar  que también me visitaba con frecuencia, a mi sobrino Adrián y  Marta por sus visitas y su cariño.
A todo el equipo de oncología del hospital San Pedro en especial a mi oncóloga la doctora Vélez que  tanta atención y cariño me ha dedicado, a todas las enfermeras de hospital de día, al equipo de paliativos, a Mario Cortes y en especial a mi amiga Elena y su marido el doctor Cebas que siempre han estado a mi disposición, a nuestro maravilloso grupo de apoyo a los que ya hemos partido y a los que todavía están, para que sigan con esa extraordinaria labor, ilusión y ganas de vivir y acompañar, a ti Gerardo que serás quien lee estas palabras, por todos los años de amistad, por tus predicaciones tan reales autenticas y verdaderas que con tanta atención he seguido siempre.
   Y a todos vosotros pueblo de Arrúbal por todo el cariño y apoyo que siempre he recibido, quiero pediros dos cosas, no esperéis a que surja un problema o una enfermedad para demostrarle a las personas que estáis ahí y que las queréis, hacerlo día a día, y que tratéis a mi familia con el mismo cariño y respeto como me habéis tratado a mí, creo que no me queda nada más que decir un fuerte abrazo y hasta la eternidad.

Obdulia.

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