Pero me sorprende la prisa y la continuidad de la vida.
Años atrás se guardaba barbecho y se dejaba descansar la tierra hasta el año siguiente.
Veo la vida tan apretujada, tan sin descanso, tan llena de cosas, que echo en falta barbechos. Tiempos de reflexión.
¿Cuántos minutos estamos sin hacer nada? ¿Cuánto tiempo dedicamos al silencio?
Se ha acabado la legislatura y ya estamos hartos de discursos y de propaganda. ¿Cuándo vamos a poder reflexionar? Os imagináis una huelga de teles y radios y prensa en la que durante dos meses no oigamos nada y pensemos?
Yo creo que ya tenemos suficientes argumentos, proyectos, pistas para pensar. Eso es lo que hace falta: analizar estudiar los programas, profundizar en el pasado y en el futuro y desde ahí decidir.
Voy a pedir, por favor, una época de barbecho en la política. Es que cuando se dejaban los campos eriales un año, al siguiente la cosecha venía mejor. Ahora se echa más abono, distintas simientes… transgénicos. Todo desde la multinacional. Me apunto a una cosecha normal. Me apunto al barbecho.
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