Cuando contamos las cartas, nos las sabemos de memoria. Y acabamos enumerándolas con “sota, caballo y rey”
Esto me recuerda la vida del pueblo y más en concreto la vida de la parroquia: repetimos cada año las mismas fiestas, las mismas celebraciones… Y me pregunto ¿se trata de repetir lo mismo siempre o ser cristiano es a la luz del evangelio y de Jesús ir redescubriendo nuevas formas de vivir, nuevos valores, nuevos estilos, una sociedad alternativa planteada desde la fraternidad, la del amor, la unión, la persona, los pobres?
Sería también hoy un grave error que la Iglesia quedara prisionera de tradiciones humanas de nuestros antepasados, cuando todo nos está llamando a una conversión profunda a Jesucristo, nuestro único Maestro y Señor. Lo que nos ha de preocupar no es conservar intacto el pasado, sino hacer posible el nacimiento de una Iglesia y de unas comunidades cristianas capaces de reproducir con fidelidad el Evangelio y de actualizar el proyecto del reino de Dios en la sociedad contemporánea.
Nuestra responsabilidad primera no es repetir el pasado, sino hacer posible en nuestros días la acogida de Jesucristo, sin ocultarlo ni oscurecerlo con tradiciones humanas, por muy venerables que nos puedan parecer.
Es que no podemos celebrar unas eucaristías más participadas, unas homilías mas vivas, una comuniones más austeras, unas bodas más al estilo de Jesús, unos entierros con menos gasto….?
Lo de contar “sota, caballo y rey” es fácil. Lo interesante me parece ser capaces de crear nuevas posibilidades, de descubrir nuevas alternativas a la sociedad, de ver las potencialidades que hay en las relaciones humanas, en vivir al estilo de Jesús hoy y aquí.
Ahora que empezamos curso, ¿no será bueno que nos planteemos el ser creativos, el descubrir nuevas formas de transmitir el evangelio, de crear comunidad?
Fijaos que en la baraja tradicional era”sota, caballo y rey”, pero en la del póker cambian las cosas…. Y podemos crear nuevos juegos.. ¿O no?
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