Si hablamos...

Hemos sido noticia hace unos días. Una familia, que vivía en nuestro municipio, ha tenido problemas de convivencia con intervención de la justicia
Ha sido motivo de comentarios en el pueblo. Y quiero aprovechar esta circunstancia para reflexionar Os ofrezco mis reflexiones: Puedo estar equivocado y os agradezco que me lo digáis:
En principio, es muy difícil contar y difundir los hechos porque hay muchos elementos que se nos escapan: informes sociales, policiales, forenses, médicos… Y corremos el riesgo de añadir a los hechos nuevas visiones Son nuestras, no de los hechos.
A toro pasado es muy fácil hablar, opinar, solucionar las cosas ,condenar . Si realmente conocíamos algunos indicios, ¿no habría sido positivo el denunciarlo a quien tiene responsabilidad en el tema?
Me parece siempre mejor mirar a las personas desde la compasión: ¿quién conoce los auténticos motivos, los sentimientos, el dolor ,las motivaciones… de cada persona?
Lo realmente importante es ayudar a que los padres y los hijos encuentren el mejor futuro y ahí es donde podemos echar una mano. Sería bueno el ver cómo podemos ayudar .Porque lo realmente importante es que cada persona pueda encontrar su camino, recuperarse y realizarse. Y si hay que rectificar, lograr hacerlo.
Y una mirada de humildad: cada persona tenemos nuestros aciertos y nuestros fallos. En cada uno de nosotros hay un juez. Igual es mejor y más humano el que haya un samaritano, una persona cercana, que ayude a levantarse y a recuperar la confianza.
Para ello, me sirve recordar el triple filtro en toda conversación:
1.-Si lo que voy a decir de otra persona es cierto ¿ me dejaría cortar la mano porque es verdad? Corremos mucho riesgo de hablar de oídas….
2.-¿Es positivo para los demás?. ¿Les va ayudar? ¿Es que ayuda a algo el que se cuenten historias “sentimentaloides en la tele o los medios”?
3.- ¿Ayuda a la persona implicada? ¿Le aporta soluciones, alternativas?.Si no, es mejor , callarme.
Y si conseguimos hablar en positivo, contar lo bueno, lo que anima.. eso nos hace crecer en la convivencia.
Ha ocurrido y lo lamentamos. Pero es una oportunidad para mejorar nuestra convivencia Y cuando sea preciso, poner los medios para sanar las relaciones enfermas.