domingo, 30 de agosto de 2015

Mi maestra

Siempre recordaré a mi maestra. 1944. Y tiene que ser así por muchos años que hayan pasado.
No podemos olvidarnos de aquellas personas que con su trabajo, sacrificio y cariño, nos enseñaron a leer, escribir, rezar y tantas y tantas cosas necesarias que íbamos a necesitar a lo largo de nuestra vida
No creo que nadie los haya olvidado, aunque, cuando íbamos a la escuela, éramos ajenos a su gran esfuerzo.

Yo he visto llorar a mi maestra más de una vez. Era de impotencia. No es que fuéramos muy rebeldes. No, es que éramos muchas niñas y de todas las edades y ella sola no podía con todo.
Gracias a ellas, hemos podido defendernos a lo largo de los años. Siempre les estaremos agradecidas, recordándolos con cariño y con este pequeño homenaje
Para mí personalmente, fue una persona muy querida
A los pocos momentos de morir, mi madre fue la primera persona que vino a verme, me abrazó y me dio un beso. Yo era muy niña y me eché a llorar.
Nunca la olvidaré, Señorita Narcisa Ruiz del Castillo. Gracias.
Blanquita

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