Muchas pequeñas cosas, hechas por personas
sencillas, en muchas partes de la tierra, son capaces de cambiar el mundo
Hay pequeñas cosas:
-
coger un
papel del suelo y echarlo a la papelera,
-
repartir
unas hojas por las casas ,
-
recoger
una medicina en la farmacia y llevársela al paciente,
-
dejar
que pase otra persona al médico antes que yo,
-
hablar
solo bien de las personas,
-
regalar
una lechuga,
-
cubrir
con el paraguas a quien se está mojando,
-
avisar
que ha venido el camión de la pesca,
-
dejar el
sitio para sentarse a otra persona,
-
visitar
a un enfermo....
-
tener
buen humor y manifestarlo
Podemos hacer la lista muy larga. Pero podemos
darnos cuenta de que con estas cosas tan sencillas, podemos cambiar el mundo y
hacerlo mucho más habitable.
Una persona regaló a otra vecina unas fresas
y encima se las dio apañadas. Así se endulza el mundo. Mucho más que con todos
los discursos.
Qué alegría me ha dado en el Mercado
Solidario ver a los niños tocando sus instrumentos con los músicos mayores. Por
ahí se empieza.
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